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Especialista en Teatro Venezolano

martes, 26 de abril de 2022

La Biblioteca Virtual de Dramaturgia Venezolana Tintateatro, lanzada el 29 de mayo de 2012, viene a ser una compilación que, en principio, remite a los diversos blogs de dramaturgos del país y a las obras contenidas en la web por iniciativa de instituciones nacionales e internacionales; además del aporte del propio blog tras incorporar otro tanto número de autores. Todo esto resulta en una poderosa herramienta con un fin estrictamente educativo que pretende ofrecer una visión lo más amplia posible de la dramaturgia nacional a través del conocimiento de por lo menos 100 de sus autores, representantes del siglo XIX, siglo XX y algunos del siglo XXI.

La dramaturgia del siglo XIX cuenta en este blog con 20 representantes: 
Andrés Bello, Domingo Navas Spínola, Udón Pérez, Felipe Tejera, Gaspar Marcano, Elías Calixto Pompa, Vicente Micolao y Sierra, Manuel Dagnino, José Antonio Arvelo BelucheAdolfo Briceño Picón, Eduardo Blanco, José María Manrique, Pedro Pablo del Castillo, Eloy Escobar, José Ignacio Lares, Lina López de Aramburu (Zulima), Manuel A. Marín hijo, Miguel Eduardo Pardo, Juan José Breca, Julia Áñez Gabaldón y Manuel María Fernández; y ya están disponibles las obras correspondientes a este pequeño grupo de nombres que se desprenden de un vastísimo registro en que se cuentan -según José de la Cruz Rojas Uzcátegui- las trescientas obras. Así mismo se incorporan las obras de los otros períodos.

La Biblioteca Virtual de Dramaturgia Venezolana constituye a su vez un homenaje al oficio de dramaturgo en nuestro país, como vocación de vida; y desea poder contribuir con el fortalecimiento del arte escénico, cuyo deseo se expresa mejor en el llamado que hiciera el visionario que fue César Rengifo.
Al grito de abajo el pasado y abajo la tradición, coreado muy hábilmente por quienes aquí recogen las migajas del despojo, se socavan nuestras raíces nacionales y dejan a las generaciones actuales y a las que vienen sin las savias nutrices esenciales para conocer, amar y defender lo nuestro. Junto a esos gritos elevase igualmente aquellos que persiguen abrir cimas entre unas y otras generaciones, separando a jóvenes de adultos en porciones irreconciliables y creándole la apariencia de que la lucha de los jóvenes debe ser contra lo viejo, de que la lucha es generacional y no contra quien, oculto tras doradas bambalina y banderas corsarias, azuza el enguerrillamiento y proclama sus altas mentiras.
Pasado, tradición y sólidos contactos generacionales son factores indispensables para el fortalecimiento de la nacionalidad.
(…)
Preciso, que al indicar el término tradición como valor esencial para todo pueblo, para toda nación, acojo bajo dicho término todo aquello que se vincula útil y favorable, en el tiempo, a una comunidad nacional. Tradición no es rémora, ni la conservación de normas, costumbres o hábitos contrarios al progreso. 
(…)
Toca a todos los venezolanos y –de manera muy especial- a sus artistas, con mayor razón, a aquellos que trabajan dentro de la dramaturgia, luchar por la defensa y reconstrucción de esos valores, por cuanto sólo apoyándonos en ellos podremos lograr la creación de un cabal teatro nacional, capaz de trascender lo más puro venezolano a lo universal.