ALMA LLANERA
(Zarzuela
en un cuadro)
Estrenada en 1914
Caracas
Tipografía Americana
Caracas
Tipografía Americana
Original de:
Rafael
Bolívar Coronado
Música
del maestro:
Pedro
Elías Gutiérrez
Presentada con éxito en los teatros de Caracas,
Valencia, Puerto Cabello y Barquisimeto.
(Ofrecemos aquí un fragmento del texto)
(Casa
en un camino real en las pompas de Apure)
(Entra Cubito cautelosamente por el lado izquierdo del camino [Izquierda del actor]. Casilda cantando por la puerta del fondo. Cubito la advierte y le hace señas de
que se acerque).
Cubito
y Casilda
CASILDA.-
(Distraída)
Anoche
a la media noche,
a
media noche sería,
los
gallos que manudeaban
y
yo que me despedía.
CUBITO.-
¡Chist! ¡Chist!... ¡Casilda!
CASILDA.-
¡Ah!... ¿eres tú?
CUBITO.-
(Sonriendo) ¡No!... el diablo…
CASILDA.-
¡Un zángano!... ¡pocas calamidades jaces pasá a la pobre Rita!
CUBITO.-
¿Ahí tá ella?
CASILDA.-
¡Sí!
CUBITO.-
¿Y ñó Manuel?
CASILDA.-
Pué… pué… se jué esta mañana pal Yagual, y entoavía no ha regresao…
CUBITO.-
¿Y Rita no va pal joropo?
CASILDA.-
Pué… pué… ella iba a dí… pué… se la ha pasao aguardando tóa la tarde a las
negras del Paso que ofrecieron venila a buscá y no aparecen esas confiscás.
CUBITO.-
¡Mardita sea!...
CASILDA.-
(Haciéndose la señal de la cruz) ¡Ave María Purísima! ¡cristiano!... ¡te vas a
condená!...
CUBITO.-
(Con abatimiento) Casilda… Tú no sabes… tú no sabes Casilda, ¡lo que yo me
desespero!... si Rita supiera los martirios y las jojanas que yo aguanto por
ella…
CASILDA.-
¿Y te imaginas tú que ella no sufre también? Su páe le ha ofrecío rómpele las
costillas, por ti… y Migué… ¡se lo dice tóo a la señá Enriqueta!
CUBITO.-
¡Desgraciao!... ese hombre me va a rebosá…
CASILDA.-
¡No le pongas cuidao a Migué!… ¡es que él ta celoso porque Rita no lo quiere a
él sino a ti! (Ruido de pasos) ¡Viene la señá! (Con azoramiento trata de irse;
pero Cubito la retiene un momento)
CUBITO.-
Dile que yo ando por aquí mesmo.
CASILDA.-
¡Pues güeno! ¡güeno!... yo estoy expuesta a que lo sepa ñó Manué y me aserraje
un capachazo… ¡no vayas a decí ná!... (Cubito se oculta rápido. Casilda váse
por la puerta del fondo, cantando distraídamente, y al desaparecer, Rita y
Enriqueta salen por la puerta que se supone puerta de pulpería)
CASILDA.-
(Alejándose lentamente)
La
estrella en el cielo
la
luna en el carrizal,
boquita
de caña dulce
¡quién
te pudiera besar!...
(Mutis)
Enriqueta
y Rita
ENRIQUETA.-
(Colocándose la mano a manera de pantalla sobre las cejas, y encimándose a ver
a lo lejos del camino hacia la izquierda del actor)
¡Esa
gente tarda, hija!... ¡sale una desnúa por ese camino y nadie la ve!
RITA.-
Mamá, ¿no habrá pasao algo?
ENRIQUETA.-
Lo más fácil… el que bebe aguardiente no anda bien despachao…
RITA.-
¡Jesús credo, mamá, las cosas!
ENRIQUETA.-
Es que no pué sé de otro modo, mijita, no pué sé… entre los fulanos perros y la
política, van a acabá con nosotros.
RITA.-
¡Si Dios no mete su mano!
ENRIQUETA.-
¡Ah... se me ocurre una idea! ¡ya se me ha ocurrío dos veces!... ¿No te parece
que le echemos vidrio molío en el sancocho a esos condenaos bichos carnosos, a
ver si se mueren y salimos del infundio de tu páe por las fulanas cacerías?
RITA.-
(Toda atribulada y como temiendo ser oída) ¡Jesús credo, mamá, si lo llega a
sabé mi páe, nostá dando to este veneno y parte del otro!
ENRIQUETA.-
(Contagiada del miedo de la hija y pasándose las manos por las costillas) ¡No
seas escandalosa, muchacha! ¡Dios me sarve el lugar! (Haciéndose la señal de la
cruz) ¡Ave María Purísima! ¡Vaya un modo de mirar las cosas!... ¡Barajo
contigo, muchacha!
RITA.-
Yo lo que le digo es la realidá… (Tornando a ver hacia el camino [Izquierda
del actor]) ¡Vámonos pa entro!... ¡Ellas vendrán cuando les de su gana! (Caminan
hacia la puerta del fondo, vuelve Rita y otea de nuevo) ¡Oiga.... allá se mira
una polvacera! (Enriqueta entra por la puerta del fondo y al ser llamada por
Rita, vuelve presurosa). ¡Mire, mamá! ¡mamá!...
ENRIQUETA.-
(Devolviéndose a atenderle precipitadamente) ¡Vaya un espaviento!...
¡Caramba!... ¡Si te has güerto una perica!... (Pausa) ¡No mujé… no son ellos…
son los peones de don Pancho Elías que vienen pal Paso con las potrancas que
esapartaron esta mañana!
RITA.-
(Con desespero, pateando fuertemente) ¡No vienen!... ¡se va a sé tarde!... (Con
mimo) ¡Yo quiero dime!
ENRIQUETA.-
(Chuleándola) ¡Yo quiero dime!... pero no pué dice… pá la canfínfora esa,
porque llega su páe y me quiebra las costillas si no la encuentra en su casa!
RITA.-
(Llorosa) ¡Mardita sea!
ENRIQUETA.-
¡Muchacha!
RITA.-
¡Mardita sea!
ENRIQUETA.-
¡Cállate! (Vánse por la puerta del fondo) (Mutis)
(Sale
Miguel por una de las puertas de la pulpería, arrastrando perezosamente un
taburete. Se acerca a la concha, bosteza, extiende los brazos y luego se
sienta. Saca la vejiga, extrae de ella un pedazo de tabaco en rama, le da dos
dentelladas y lo guarda)
MIGUEL.-
Y lo que soy yo… ¡les dejo el pelero! Este no es mi reino… pasándomela too el
santo día dándole sombrerazos a las moscas en ese mostrador… ¡y esa gusaná!... ¡la
condená tasajera que mientras más limpio, más queresa coge! Y la tal Rita,
enamorá… ¡Mardita sea! Ya no jayo modo de dentrale… primero era una guabina…
ahora se ha vuerto un temblador… cuando la toco… va a acá y allá… ¡no le
resurto! (Dándose una palmada) ¡Pero… caramba, cómo hiciera yo pa jacele
comprendé a esa criatura que lo mejor que pué jacé es dejá a ese pollo pelón y
quereme a mí!... ¡Se güerve loca por el desgraciao!... ¡Ese fulano Cubito!
¡Mardita sea su arma!... ¡Ese hombre tá bailando en un tusero conmigo!...
(Pausa) el páe, empeñao en que debo vigilala, la máe, empeñá en que debo ponéme
ciego… y ahí es ná… ¡la señora como que le gusta corré con la silla!... ahora
le ha dao en decí que yo y que soy muy simpático… ¡yo no masco esa galleta!...
¡y mojosa, mucho menos!... Yo… aunque sea feo el decilo… soy como el generá
Loreto Lima: ¡no quiero fiestas ni con ancianos ni con muchachos! (Se oyen
voces: ¡Miguel! ¡Miguel!) Guá, ¿será que el cochino le cayó a diente al
chiquero? ¡Esas mujeres son más espavienteras!... ¡siempre tan como que han
comío pichón de guaca!... (Salida de Casilda)
Casilda
y Miguel
CASILDA.-
¡Pero cristiano!... ¿No escúchas que te están llamando?
MIGUEL.-
¿Pa qué?
CASILDA.-
¡Pa que vengas a sacá el verráco, que se quedó atracao en la jorqueta!
MIGUEL.-
¿Y por qué no lo sacas tú?
CASILDA.-
¡Porque no me da la gana!
MIGUEL.-
¿Y tú qué te has creído? ¿A ti no te han quebrao un cacho nunca?
CASILDA.-
¡Pégame! ¡Pégame! (Encimándosele con provocación) ¡no ve que tú sabes cuántos
bizcochos me comí yo cuando me crié!
MIGUEL.-
¡Te quiebro un cacho! (Se carean)
CASILDA.-
¡Siá lambe platos! (Váse. Mutis)
Miguel,
(solo)
MIGUEL.-
¡Miren, la peine perdió ésta!... ¡Yo voy a tené que arrastrarle las costillas a
esta mujé!... ¡y al fulano Cubito, el novio e Rita!... y es que esta cotúa anda
aconvoyá con el muérgano ese… ¡pero van a tené un parto morocho conmigo! (Pausa
pequeña)
Pero…
¡Güeno! ¡Güeno! ¡Todo está bien!... ¡la cuestión es que en una de esas descubra ño
Manué el patuco y los ponga a jácese la señal de la cruz con el rabo, a la máe,
a la hija y al espíritu santo!... Porque yo les voy a decí una cosa… ese viejo
no sabrá rezá… pero sabe echá palo… ¡y colegío e un muerto vestío e payaso!
¡Ah! ¡Sí! Ése se va a bozal ligero y… ¡párese pa que coma cobija!... (Fingiendo
sentir ruido por el camino, lado derecho del actor). ¡Guá! ¡Guá! Allí viene el
niño Joseíto con los peones… Esa gente voló… ¡No ha pasao un mes que se fueron
con el ganao que iban a embarcá pa Cuba!... ¡y ya están de güerta! ¿Cómo le fue, niño? ¿Cómo le fue?... ¡Choque al tranquero poray mesmo! ¡En la ramá del patio
puen acomodá las bestias!... (Torna a entrar por la puerta del fondo,
encontrándose con Enriqueta y Rita que salen)
Miguel,
Enriqueta y Rita
MIGUEL.-
(Con entusiasmo) ¡El niño Joseíto!... ¡El niño Joseíto, señá Enriqueta!
ENRIQUETA.-
¡Qué ligero!
RITA.-
(De mal modo, desdeñosamente) Vaya pué a ayudalos a desensillá…
MIGUEL.-
Voy, niña, voy… ¡no me maltrate!
ENRIQUETA.-
Anda pues.
RITA.-
¡Vaya un leguleyo!
(Mutis
de Miguel)
ENRIQUETA.-
¡Pobre muchacho!
RITA.-
(Yendo a otear por el lado izquierdo del actor) ¡y no vienen!
ENRIQUETA.-
(Hablando recio como para que la oigan adentro) ¡Pongan las monturas en el
sillero de arriba!... ¡cuidao con los perros!
RITA.-
¡Y no vienen! (Con impaciencia) ¡a las diez de la noche vendrán!
ENRIQUETA.-
(De mal modo) ¡Jesús muchacha! ¡Parece que nunca has dío a un joropo! ¡Se
vuelven locas las muchachas de ahora por esos bohinches!
RITA.-
¡Lo mesmo sería usted!
ENRIQUETA.-
¡Calla la geta, grosera!
RITA.-
¡Le digo la verdad!...
Los
dichos, Miguel, Joseíto y dos peones sabaneros
(que
salen alegremente por la puerta del fondo)
ENRIQUETA.-
(Hacia ellos) ¡Güeno!
RITA.-
¡Güeno!
PEÓN
II.- ¿Cómo le ha dío… señá Enriqueta?...
PEÓN
I.- (A Rita) ¡Palo e muchacha!
JOSEÍTO.-
¡Viva la moza más florida que tiene Arauca! (Cambia un apretón de manos con
Rita. Los peones agasajan a Miguel y a Enriqueta)
RITA.-
(A Joseíto) ¿Cómo le fue, niño?
JOSEÍTO.-
Pues deseando regresar para ver la luz de esos ojos.
RITA.-
¡Usté pa cicatero!
JOSEÍTO.-
¡Estás cada día más linda!
MIGUEL.-
(Aparte) ¡Y más cachalera!
ENRIQUETA.-
¡Ella lo estaba recordando ayer!
MIGUEL.-
(Aparte) ¡Ahí va la vaca vieja!
RITA.-
(A Joseíto) ¡A usté no se le pué creé ni el creo!
JOSEÍTO.-
¿Y por qué, hija mía, cuando yo te admiro tanto?
ENRIQUETA.-
(Volviéndose a los peones) ¿Ustedes muchas conquistas por esas tierras?
PEÓN
I.- ¡El fresco es jobo!
PEÓN
II.- ¡Cacho por toas partes!
ENRIQUETA.-
(Al peón I) ¡Aquí nos dijeron que tú te ibas a casá en El Baúl, José! ¿No es
verdá Rita?
RITA.-
¡El mesmo!
JOSEÍTO.-
¡Qué va!... ¡ése es lo mismo que yo… de su tierra!
PEÓN
II.- Ese es de los que llegan al tranquero, le dan con el cacho a las trancas… ¡y
se sientan pa trás!
ENRIQUETA.-
¡Caramba, con ustedes, cristianos!
PEÓN
I.- Le voy a decí, señá Enriqueta… ni aquí… ni allá, ni en el cielo: el
matrimonio, pal que tiene rial… pal pobre, resurta más pesao que una vaca
torrealbera… yo a toas las que pasan por mi lao les jago el claro… siga su
rápido vuelo… si hubo… hubo, y a pescá a otro charco… Eso de que venga un
confiscao cura y con cuatro lenguarás me eche la soga al pezcueso por toa la
vía, es cosa que no dentra conmigo… la mujé que más me gusta es la india Juana,
¡y esa no me lleva al altar mayor, ni nariciao!... A toa la que se deja, la
agarro por las mechas y me la llevo arrastras; ¡pero no pa la sacristía!
JOSEÍTO.-
¡No tanto, hijo!... ¡Já! ¡Já! ¡Já!
ENRIQUETA.-
¡Caramba contigo! ¡Te has puesto más seco que un tasajo de chigüire en semana
santa!
JOSEÍTO.-
(A Rita) ¡Ya has aprendido la canción que te di en el viaje pasado?
RITA.-
(Bajando los ojos con candorosa humildad) Sí, señó…
ENRIQUETA.-
¡Las cosas!
JOSEÍTO.-
¡Bueno! ¡Eso vale un macizo de las más fragantes rosas sabaneras! Hay que oírla…
¡Miguel!
MIGUEL.-
(Volviéndose rápidamente) ¡Señó!
JOSEÍTO.-
¡Trae la guitarra! (Sale Miguel y regresa a poco)
PEÓN
I.- ¡A cantá, Ritica!
PEÓN
II.- (Palmoteando) ¡Esa canción!
(Todos se vuelven a Rita entusiasmados)
PEÓN
I.- ¡Vamos a vé!
JOSEÍTO.-
¡Alegría sabanera!
RITA.-
¡Jesús con ustedes!, ahorita no canto ná.
(Miguel sale con la guitarra, acerca
el taburete y la entrega a Joseíto)
MIGUEL.-
¡Aquí tá!
JOSEÍTO.-
¡Esa voz de flauta encantadora!
RITA.-
(Canta)
Yo
nací en esta ribera,
del
Arauca vibrador,
soy
hermana de la espuma,
de
las garzas, de las rosas,
y del Sol, y del Sol!
Me
arrulló la viva diana
de
la brisa en el palmar,
y
por eso tengo el alma
como
el alma primorosa
del cristal, del cristal!
Amo,
lloro, canto, sueño
con
claveles de pasión,
para
ornar las rubias crines
al
potro de mi amador.
Yo
nací en una ribera
del
Arauca vibrador,
soy
hermana de la espuma
de
las garzas, de las rosas
y del Sol, y del Sol!
JOSEÍTO.-
(Enfáticamente) ¡Así, caramba!
PEÓN
I.- ¡Eso es lo se empaqueta!
RITA.-
¡A usté pa lisonjero!
PEÓN
II.- ¡Güeno! ¡Güeno!
JOSEÍTO.-
¡Viva la alegría, la música y las rosas!
ENRIQUETA.-
¡Esa es muy hija e su máe!...
MIGUEL.-
(Aparte) A ninguno le pesa el haber nacío…
ENRIQUETA.-
Güeno, hijos… güeno… ¡vamos a vé que se come!... ¡Casilda!
CASILDA.-
(Saliendo por la puerta del fondo) Mande, señá.
JOSEÍTO.-
¿Y qué se come por aquí?
CASILDA.-
Poray se consigue pajarilla e ré, güen chigüire… unos plátanos jartones
revolcaos en manteca.
MIGUEL.-
(Aparte) En un espinero te revolcaría yo a ti…
ENRIQUETA.-
¡Tenemos de tóo, niño!
MIGUEL.-
Y si no hubiera ná se ponían al fogón las tripas de la cocinera.
CASILDA.-
¡Junto con la de tu máe!...
MIGUEL.-
¡Esta guacharaca!
(Vanse
todos, menos Miguel)
Miguel
(Oteando
el camino por el lado izquierdo del actor). ¡Hola! ¿allá viene ñó Manuel!... ¡Y
qué solera trae!... ¡qué polvacera!... ¡Guá! Y como que va a entrá por la
puerta del corral… sí, (Corriendo hacia el interior) …¡cá mochuelo a su olivo!
(Con sorna) yo no estorbo entre mis garrafones vacidos… en otra parte lo más
fácil es que sarga con un cacho quebrao… ¡ese viejo siempre está como una
guacharaca cogía por la cola! (Mutis).