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DIOS AL
OTRO LADO DEL MAR
(Pieza de teatro breve)
MEDIANOCHE. CRISTOBAL COLON
Y SU AMANTE DISCUTEN A SOTTO VOCCE, EN UN ESCONDITE, MIENTRAS LA AMANTE TERMINA
DE PONER ALGO DE COMIDA EN UN PEQUEÑO BOLSO DE TELA. TODO ESTA EN PENUMBRAS.
COLON (RESPONDIENDO TRATANDO
DE TRANQILIZARLA): Dios os protegerá.
BEATRIZ: Cristóbal...
COLON: ¡Bajad la voz!
BEATRIZ: Nadie está
escuchando.
COLON: Conocéis la cantidad
de enemigos en mi haber. Conocéis perfectamente a todas las ponzoñosas lenguas
que han de guardarme encono por tener el favor de Su Majestad en esta empresa.
BEATRIZ: Prefiero los
enemigos en tierra, que el infierno bajo el mar.
COLON: Creed en mi
propósito, Beatriz amada. Solázate en la esperanza de nuestro pueblo.
BEATRIZ: A los oídos de su
remisa alteza Fernando vos sólo proferís necedades que no vendrán bien a
vuestro crédito a menos que le entreguéis provecho inmediato de vuestra
empresa.
COLON: Vuestros temores os
llevan a desvariar.
BEATRIZ (CON TEMOR): No,
Cristóbal. ¿Cuánto tiempo tomará la Reina en descubrir que la habéis engañado con esas patrañas de
la ruta a las Indias?
COLON: Beatriz...
BEATRIZ: Muy bien conozco
que eso no es más que un invento vuestro
para...
COLON (COMPLETA AMOROSO):
...alcanzar la Tierra Prometida. El sueño de nuestros antepasados, amada mía.
El lugar donde habitan las tribus perdidas de Israel sin temor a ser perseguidos por no profesar la misma fe de la
Iglesia. Mujer, sabes muy bien que a partir de esta medianoche, no podrá quedar
un sólo "yudío" en el reino so pena de convertirse o morir en manos
de los verdugos de la Inquisición.
BEATRIZ: La Inquisición
descubrirá a todos los “jahamim” (1) que has escondido en las carabelas.
COLON: Con buen dinero se
pagó el silencio de aquellos reos que cambiaron sus documentos con nuestra
gente... Beatriz amada, nadie revisará el equipaje de quienes han de ser
considerados la escoria de España.
BEATRIZ: La escoria de
España somos nosotros: expulsados,
apartados como a la peste. Somos la lepra de su fe inmaculada. La
escoria somos nosotros, Cristóbal, y por ello, os doy advertimiento, a que esos
mismos criminales, a quienes comprasteis sus documentos para ocultar en las
carabelas a nuestros rabinos, tienen conocimiento de vuestras intenciones.
COLON: Vuesa merced exagera
en temores.
BEATRIZ: ¿Exagero yo? Sois
vos quien cerráis los ojos a ese costal de malicias que os acecha.
COLON: Beatriz…
BEATRIZ: ¡Despertad
Cristóforo! No debéis confiar en esos criminales. A éstas horas habrán dado
grandes voces y toda la corte acudido al ruido. De seguro alguno rufián ya
habrá negociado con el Santo Oficio.
COLON: Nada dirán.
BEATRIZ (SUSPICAZ): Por
supuesto, si es el caso que el mismo Gran Inquisidor les pide silencio.
COLON: ¿Por qué decís eso?
Suficiente locura con la mía…
BEATRIZ: (PROSIGUE
INSISTENTE) De seguro las tribus perdidas de Israel conservan todos los tesoros
de nuestros padres, aquel que los cruzados nunca hallaron... Os imagináis,
Cristóbal: Las tablas de la Ley, el sagrado tabernáculo...
COLON (SOÑADOR-PARA SÍ): ¡El
sagrado tabernáculo! … Demasiado sería mi buena estrella si yo fuera el elegido
para devolver a mi pueblo tal joya... Os imagináis, Beatriz la
bienaventuranza... (RIE) Quizás hasta el arca del humilde Noé sea usada por
nuestros hermanos perdidos para surcar la Mar Océana.
BEATRIZ (SOMBRIA): Hasta que
el Santo Oficio decida hacerla nave oficial de la Inquisición...
COLON (MOLESTO RECLAMA): ¿Qué
clase de demonio se ha posesionado de
vos?
BEATRIZ: El de la
sinceridad. Jamás seréis comandante del arca de Noé, ni devolveréis al Reino de
Judá ningún tabernáculo. Si no es el Santo Oficio, serán los corsarios de la
corona quienes no tardarán en haceros naufragar. Os seguirán, Cristoforo sin respetar
vuestro título de Almirante e Visorey e Gobernador General de las Indias. Os
arrebatan todos los tesoros que encontrareis y vos agradeced si con vida termináis… ¡Abrid los ojos! El rey declarara las tierras descubiertas como
provincia de la corona y a vos, a vos Almirante Colon os tacharan de yudío,
farsante, traidor a la reina... (GRAVE)
y nadie de los nuestros acudirá en vuestro auxilio… Considerarán que fuisteis
vos quien condujisteis a los incendiarios de nuestra sangre al único lugar de
la tierra donde nuestra tradición aún no ha sido profanada.
COLON: ¡Vine a vos por un
poco de amor y me despedís con tamaño fardo de malos augurios! Bien lo dice el
Eclesiastés: "De la vestimenta nace la polilla, y de la mujer, la maldad
del varón".
BEATRIZ: Por qué no
recordáis mejor lo que dice el Talmud: "A tal hombre, tal mujer".
COLON: ¡Válgame el cielo!
BEATRIZ: Nunca olvidéis que
de mano de mujer conseguisteis los dineros para atravesar la mar océana. Pero
será vuestra la maldad y no de ella, ni mucho menos mía, cuando se descubra
vuestro engaño y los enemigos de la corona, llamaran a vuestra protectora:
Isabel La Católica, protectora de infieles.
COLON: Dios no lo permitirá.
BEATRIZ (ENFRENTA SOMBRIA):
Dios no vive en estas tierras.
COLON: No blasfeméis contra
Él.
BEATRIZ: Nos abandonó hace
tiempo, pues de ser lo contrario jamás permitiría que en Su Nombre, la
Inquisición osara asesinar a tantos inocentes.
COLON (PARA SÍ- TRATANDO DE
CONVENCERSE): Dios está con nosotros.
BEATRIZ (INCREDULA): ¿Al
otro lado del mar?
COLON: Sí. Y yo voy a
buscarlo.
BEATRIZ: Si tenéis que
marchar, allende los mares, a buscarlo,
entonces ese no es el Dios de nuestros antepasados.
COLON (MOLESTO): Incubos
dominan vuestra mente, secan vuestro corazón, apagan vuestras esperanzas. No os
reconozco Beatriz. ¿Dónde está tu fe?
BEATRIZ (IMPOTENTE ESTALLA
EN LLANTO-RABIA): Mi fe agoniza cuando os veo marchar, ciego, sobre una
corriente que no tardará en arrastraros al borde del planeta.
COLON: ¡Dios!...
BEATRIZ: ¿Y si desaparecéis
en el abismo?. Si sois víctimas de un monstruo marino o de los dragones, que
según cuentan, velan en los límites de la Tierra... Cristoforo, por última vez
os plugo: rescatad a vuestro hijo de su custodio y huyamos a Holanda.
COLON: Diego queda en el
monasterio, Beatriz.
BEATRIZ: Hasta que la
Inquisición de pruebas que su madre la portuguesa Felipa Moniz-Perestrello era
de estirpe hebraica.
COLON: Jamás podrán
demostrarlo. Felipa era...
BEATRIZ (INTERRUMPE): ...
menos poderosa que Hernando de Talavera, confesor de la reina, prior del Prado,
blanco de rumores de ser nieto de vientre yudío. A partir de esta noche nadie
está a salvo… Almirante ciego, mula visionaria… (ROMPE EN LLANTO) No podré
sobrevivir esperando vuestro retorno. Mis fuerzas menguaran cada vez que os
sueñe luchando con hombres que andan con los pies para arriba...
COLON: Los llamados
antípodas son sólo suposiciones...
BEATRIZ: Vos mismo me contasteis
los testimonios de aquellos que aseguran la vida al otro lado de la Tierra,
donde los árboles crecen hacia abajo y llueve y neva hacia el cielo...
COLON (TRATA DE ALIGERAR LA
SITUACION): Y os dije que todo depende del hemisferio desde donde lo contempléis...
BEATRIZ: Sabéis a ciencia
cierta que la Tierra no es redonda.
COLON (LA ABRAZA-BROMEA): ¿Y
si los antípodas son las tribus perdidas?
BEATRIZ: No quiero chanzas,
Colon.
COLON (PROSIGUE): …. Que los
descubra estudiando nuestras leyes, con severos "bonetitos" coronando
las copas de sus cabezas
BEATRIZ: Dejadlos en paz,
andando al revés, y reconducid el rumbo de las embarcaciones hacia Palestina.
Serías seguido como el santo Moshé por el desierto... Y en llegando a la Ciudad
Santa te esperaría como la más amorosa novia, para escucharos recitar en
nuestro lecho los versos de amor del sabio Salomón.
COLON (CITA DEL CANTAR DE
LOS CANTARES): “Cuan hermosos son tus pies en las sandalias. Oh hija de
príncipe. Los contornos de tus muslos son como joyas, obra de mano de excelente
maestro. Tu ombligo como taza redonda que no le falta bebida”.
BEATRIZ: Cristóforo…
COLON (CONTINUA): “Tu
vientre como montón de trigo cercado de lirios”.
BEATRIZ (SUSURRA, EN
REFERENCIA AL CANTAR): Me tenéis enferma de amor…
COLON (CONTINUA): Tus dos
pechos como gemelos de gacela…
BEATRIZ:(BESANDOLO-ANSIOSA)
Id a Yerushalaim. Allí os daré "hiyos"(2) y os amaré hasta el último
de mis días... Seréis para siempre recordado amado Almirante, y yo orgullosa
contemplare el sincero amor de quienes os erigirán guía de nuestro pueblo
"diriyiéndose" a vos sin los vestidos de la lisonja, con sinceras
palabras de respeto, sin que la adulación os acreciente o otro vano respeto os
disminuya.
COLON: Palestina...
BEATRIZ: Amado, si El Santo,
Bendito Sea está con nos, la expulsión de estas tierras es Su señal. ¿En qué
mejor lugar podríase reunir nuestro pueblo que no sea en la ciudad de David?
(COLON POR UN MOMENTO LA
MIRA. PAUSA. REPITE PARA SÍ EL NOMBRE DE LA TIERRA PROMETIDA, DE LA TIERRA PERDIDA)
COLON: Palestina...
Palestina...
BEATRIZ: La tierra de
Nuestros Padres...
COLON: Tierra perdida.
BEATRIZ: Tierra Prometida.
(PAUSA TENSA. SE MIRAN. DE
PRONTO, RAUDO COLON TOMA DEL BOLSO UN HUEVO DE GALLINA)
COLON: ¿Seriáis capaz de
mantener este huevo derecho sobre la punta?
BEATRIZ: (CONFUSA): No os
entiendo... ¿Deliráis?
COLON: Tratad.
BEATRIZ: No es momento de
juego...
COLON: Es momento de fe, y
mi fe es como el equilibrio de este huevo. Nadie cree en la posibilidad de que
pudiese mantenerse derecho sobre su punta y sin embargo, quiero demostraros que sí.
BEATRIZ (CON
PESAR-ALEJANDOSE): No hay manera de restituiros la razón.
COLON (LE CORTA EL CAMINO):
Todos colocan el huevo sobre la punta y al éste caer claman: "No. No es
posible". Pero yo digo que sí. (VA APLANANDO UNA DE LAS PUNTAS DEL HUEVO)
Escuchadme, pues mi entendimiento tiene dos motivos para ser testarudo: fervor
genovés y judía persistencia. Y por esos dos componentes de mi razón os juro
que este huevo se sostiene sobre su punta...
(COLON LO SUELTA Y EL HUEVO
SE SOSTIENE)
COLON: Que mejor argumento
para que confiéis en mi que este huevo.
Ahí véis el imposible hecho realidad. Bastó pensar en ello, Beatriz.
(BEATRIZ TOMA EL HUEVO)
BEATRIZ: El huevo no se
sostiene sobre su punta.
COLON (SONREIDO): ¿Y sobre
qué sino?
BEATRIZ (CORTANTE ACUSA):
Achatasteis la punta.
COLON: Sigue siendo punta.
BEATRIZ (SECA): El huevo se
sostiene sobre una trampa.
(Y BEATRIZ ESTRELLA EL HUEVO
CONTRA LA MESA. PAUSA TENSA)
COLON: Una cosa es la fe en
trampas y otra las trampas de la fe. La una justifica vuestras acciones, la
otra excusa vuestros sueños. Para mí esos son los dos lados de la Tierra, y por
temor, no dejaré de soñar. Suficiente con ver como truecan los nombres de
nuestros padres, nos señalan como marranos, nos expulsan, vejan y queman, en
nombre de un crimen que no nos pertenece.
BEATRIZ (REPITE AMARGA):
Asesinos de Cristo.
COLON: Y si así fuera, todos
hacen vista ciega a la bondad del rabí de Galilea, que perdonó antes de morir.
BEATRIZ: De que nos sirve su
perdón si por él nos persiguen.
COLON: El no ordenó
venganza, Beatriz, y yo no me prestaré al juego de falsos discípulos,
adoradores de la sangre. Cristóforo Colón será como él, y como todos aquellos
que hicieron de sus sueños, la substancia de su fe... Entendedlo de una buena
vez, Beatriz, hasta Tierra Santa nos perseguirán... Debemos buscar un lugar, un
nuevo hogar donde reconstruir nuestro pasado.
BEATRIZ: Al otro lado del
mar.
COLON: Sí.
BEATRIZ: ¿Y vos podéis dar
fe que allá no os perseguirán?. Entonces ¿por qué no me lleváis a mi? … Y a
Diego, vuestro “hiyo?”
(COLON CALLA. PAUSA MUY
TENSA)
COLON (CON AMARGURA): No
hagáis más dura la despedida, Beatriz.
Tan sólo dadme un beso antes de partir.
BEATRIZ (AMARGA): Guardad
vuestros labios para el momento en que tengáis que abrirlos y gritar”:
Caballeros de las tribus perdidas de Judea, soy Cristóforo Colón. Vengo a reclamar esta nueva tierra prometida, en nombre de los
“yudíos” expulsados por la Corona de Castilla. Deseo liberar a mi pueblo y
traerlo aquí. Hermanos antípodas, ayudadme a dividir la mar en dos"...
COLON (RECOGE UN FARDO Y SE
DISPONE A PARTIR): No seré yo quien
divida la mar, Beatriz.
BEATRIZ: ¿Quién si no?
COLON: Al igual que ayer...
Dios.
BEATRIZ: Si Dios existe, que
se apaguen las hogueras donde queman la Tora, donde mueren nuestros mártires.
COLON (PARTIENDO):
Exigídselo al hombre, no a Dios...
BEATRIZ (FURIOSA): A
Dios. A El plugo por ver su faz…
COLON (MARCHÁNDOSE): Que la
paz sea contigo, Beatriz…
BEATRÍZ: ¿Dónde está Dios,
Colón?
COLON (EN LA DISTANCIA): Al
otro lado del mar.
(LA MUJER QUEDA SOLA,
CONTENIENDO LA ANGUSTIA Y EL LLANTO, MIENTRAS VE A COLON PARTIR)
FIN
(1) Jahamin: Hombres nobles,
sabios.
(2) Hiyos: hijos.SGAE, 1999
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