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Especialista en Teatro Venezolano

domingo, 17 de junio de 2012

Rodolfo Quintero

ERA NEGRO
Y
REBELBE
(COMEDIA EN TRES ACTOS)


ACTO PRIMERO

(La escena se desarrolla en las Minas de Buria en el siglo XVI. Varios negros descansan después de una dura jornada de trabajo).

NEGRO Nº 1.-
Ay mama, ay abuela, tengo el cuerpo cansaíto de escarbá la tierra pá no encontrá naíta… o pá que lo que encuentre sea de otro… ¡Sería que mi taita era muy malo Santo Dios!... Y al hijo del negro malo le está tocando sudá más de la cuenta pá pagá lo que hizo el negro malo… Ay mama, ay abuela…

NEGRO VIEJO.-
Si se quejan los negritos jóvenes, qué quedará pá este negro viejo, que ya no pué con las piernas, ni con los brazos, ni con la vida… Que ya no pué con ná…

NEGRO Nº 2.-
Viejo Nicolás, ahora que se queja de los años que lleva encima, díganos cuántos lleva viviendo y cuéntenos algo de los negros viejos; de cómo vinimos a caé en estas Minas que es como caé en el Infierno, que son cuevas pá matá negros como dice el Negro Miguel.

NEGRO Nº 1.-
(Averiguando) ¿Y Miguel? ¿Dónde está el Negro Miguel?

NEGRO Nº 2.-
Yo qué voi y sabé. Sólo Dios pué sabé donde está metió ese negro conversador.

NEGRO VIEJO.-
(Sentencioso) Miguel es negro conversador que conversa verdades… Y como la verdad en veces es negra como el cuero de nojotros, en veces no le gusta a los blancos, y en veces también, tampoco le gusta a los negros… Por eso Miguel no le gusta a los blancos y en veces tampoco le gusta a ciertos negros. Pero a otros nos gustan las conversaciones del Negro Miguel… Ahora está allá abajo en las Minas, reclamando la muerte de otro negro que murió aplastado ayer, cuando trabajaba en horas prohibidas por Real Mandato… El Negro Miguel no va a llegá a esta edad que tengo yo… cualquier día le van a dar “garrote” y van a dejar a Guiomar sin marío…

NEGRO Nº 3.-
(Interviniendo) Y esa negra Guiomar que está güena de verdá., verdá, como pá volvé a conseguí marío ligerito… si es que matan al Negro Miguel…

NEGRO Nº 2.- Y marío del color que quiera… Hay que vé como se ponen los blancos cuando les pasa cerca la negra Guiomar, con sus carnes calientes como el fondo de la Mina… ¡Ay Dios Santo, ay mi abuela negra…!

NEGRO VIEJO.-
Pero ahí no consiguen naíta los blancos; ahí no consigue ni don Pedro de los Barrios… La negra Guiomar sabe que gusta como hembra y se cuida… y se burla de los blancos que la persiguen. Menos mal que hay mujeres negras que ponen mansitos a los blancos. Menos mal… ¡Ay qué suerte tan negra la de los negros… Ay mama, ay abuela…!

TODOS LOS NEGROS.-
¡Qué suerte tan negra la de los negros. Ay mi mama, ay mi abuela!!

(Silencio)

NEGRO Nº 2.-
Y qué hay del cuentecito viejo Nicolás… del cuentecito de cómo nos trajeron a las Minas y de cómo vivían los negros de antes… Siempre es güeno sabé a quien le debemos esto, siempre es güeno sabé…

NEGRO VIEJO.-
Negro cansado y con hambre no pué echar cuentos, y mucho menos cuentos de negros que siempre son tristes, que siempre dan ganas de ponerse a llorá. Esperemos la comía y después veremos si queda tiempo pá cuentos. Y después veremos.

NEGRO Nº 1.-
(Inquiriendo) ¿Y por qué han de ser siempre tristes nuestros cuentos, viejo Nicolás? ¡Si los negros también tenemos ratos alegres, y gozamos… Igual que los blancos…!

NEGRO Nº 4.-
(Interviniendo) ¡Yo por lo menos siempre estoy alegre y contento…!

NEGRO VIEJO.-
(Filosofando) Nuestra alegría siempre tiene algo de triste; siempre está rodeada de reservas y misterios. Es como una fiesta en una noche sin luna; es como una isla en un mar de color. Nosotros nos reímos de puros sinvergüenzas que somos, o quizá pa enseñá los dientes que es lo único blanco que tenemos. Suerte negra la de los negros, que siempre están tristes, aun cuando estén alegres…

NEGRO N º 4.-
(Confundido) Yó no entiendo viejo Nicolás…

(Silencio)

NEGRO Nº 1.-
Y qué les habrá sucedío a las negras que no traen la comía. Sin comía si es verdaíta que se pone triste la vida de los negros.

NEGRO VIEJO.-
Se pone más triste… porque ella siempre es triste… ¡Ay mama, ay abuela…!

TODOS LOS NEGROS.-
¡Ay mama, ay abuela… suerte negra la de los negros!!

(Entran mujeres negras trayendo la comida de los negros. Todas hablan, todas protestan).

GUIOMAR.-
Ya no encuentran que inventá esos blancos pá hacé más dura la vida de los negros. Y eso son los que quieren obligarnos a que nos bauticemos y nos metamos a la religión de Jesucristo que dicen y que tenía un corazón grandotote…

UNA NEGRA.-
¡Pué que tuviera el corazón grandotote, pero Jesucristo era blanco…!

NEGRO VIEJO.-
¿Qué les ha pasao a las negras que vien tan bravas?

GUIOMAR.-
(Explicando) Ay, viejo Nicolás, las cosas se están poniendo que no vá a podese aguantá, ni aun cuando los negros quieran aguantarlas. Estuvimos paradas ajuera más de una hora y no nos dejaban entrá a traé la comía de los negros. Todas las negras bajo el sol oyendo palabras feas de los mineros blancos y aguantando los maltratos de esos blancos corrompíos… (Levantando la voz) Y mi cuerpo sólo pué tocarlo el Negro Miguel… ¿Y dónde está Miguel, dónde está mi Negro Miguel…?

(Las negras sin dejar de manifestar su disgusto se unen a los negros y empiezan a comer)

NEGRO VIEJO.-
(Dirigiéndose a Guiomar) El negro Miguel está peleando con los blancos allá abajo; el pleito es por un negro que se murió aplastao, cuando trabajaban en horas prohibidas por Real Mandato. Pero ya no debe tardá en llegá… ya no debe tardá.

GUIOMAR.- Siempre mi Negro Miguel peleando con los blancos, y peleando pa ná. En cualquier día van a matalo… y van a dejá una negra sin marío y un negrito sin padre. En cualquier día me lo van a matá…

NEGRO VIEJO.-
¿Y el negrito qué se hizo hoy, por qué no vino?

GUIOMAR.-
Se quedó cargando agua pa los blancos que viven en El Fuerte… Desde chiquito el negro carga pa los blancos.

NEGRO VIEJO.-
(A media voz) Suerte negra la de los negros…

GUIOMAR.-
Ay mama, ay abuela… Caramba, y ¿por qué no viene mi Negro Miguel?

NEGRO VIEJO.-
Es que pleito entre negro y blanco siempre es largo, porque el blanco está acostumbrado a que el negro pierda… Y el negro ya está cansao de tanto perdé…

GUIOMAR.-
Anda comiendo Negro Nicolás, mientras llega el negro Miguel. Estás viejo y van a vení los blancos a búscate y vas a tené que bajá a la Mina sin habé comío. Anda comiendo viejo Nicolás.

NEGRO VIEJO.-
El Negro Miguel no debe tardá en llegá y yo voi a esperarlo…

NEGRO Nº 2.- (Sin dejar de comer) ¿Qué le pasa a la Negra Guiomar, como que la dejó botá el Negro Miguel?

GUIOMAR.- (Disgustada) Ocúpate de tu comía y de tu mujé, y deja a los otros negros tranquilos.

NEGRO Nº 2.-
(Agresivo) Ese mal carácter debias tenelo con los blancos que son los que nos tratan mal, y son los que en cualquier día te van a dejá sin marío y van a dejá a tu negrito sin padre. Pero así son las cosas, se contesta mal a los negros… y con los blancos se es complaciente… Ay mama, ay abuela… suerte negra de los negros…

GUIOMAR.-
(Llena de furia) Cierra esa boca negro mal hablao. Complaciente con los blancos es tu abuela… Tu mujer que se reía en antes cuando los blancos le hacían cosquillas…

LA MUJER DEL NEGRO Nº 2.-
Complaciente es la negra que te echó al mundo… Por algo te buscan tanto los blancos y son tan güenos contigo… ¡Ya te veré acostá con un minero blanco cuando el “garrote” mande pa' mejor vida al pobre Negro Miguel!! 

GUIOMAR.-
(Excitada) Te debia rompé la boca negra sucia, te debía saca la lengua mal hablá, pa que aprendieras a respetá a los otros negros… ¡Negra sucia!!

NEGRO VIEJO.-
(Interviniendo) ¿Qué es eso, qué es lo que está pasando? Mujeres quédense tranquilas, no olviden que cuando los negros pelean ganan los blancos…

LA MUJER DEL NEGRO Nº 2.-
Es que la negra Guiomar se cree mejor que las otras negras, y quiere tratarnos como si tuviera la carne blanca y los ojos como el cielo. ¡Ella es una negra igualita a nojotras, que tiene el cuerpo del mismo color que nojotras, y es esclava lo mismo que nojotras…!

OTRA NEGRA.-
Tiene razón la negra Isabel. La negra Guiomar se cree blanca porque la buscan los blancos… Ella quiere valé más que las otras negras… y las negras toitas valemos lo mismito.

GUIOMAR.-
(Afectada y dirigiéndose al Negro Viejo) Es mentira lo que dicen la negra Isabel y la otra negra. Yo mejor que nadie sé que tengo la carne de noche y que soi esclava de los malditos blancos… Y sé ocupá mi puesto de negra y esclava… Odio a los blancos como negra y como mujé; como negra no pueo haceles mal, pero como mujé los desprecio a toitos… Cuando beso al Negro Miguel delante de los blancos, y en sus ojos veo la envidia y el deseo, gozo, porque me siento vengá en mi condición de negra. Mis carnes oscuras son del Negro Miguel solamente, y serán del negro que me guste, si es que llegan a matame al Negro Miguel. Pero mis carnes oscuras no serán nunca de los blancos. Estos con too su oro, con toa su juerza, ná conseguirán de Guiomar la mujé. La negra Guiomar es esclava de los blancos, pero Guiomar la mujé, sólo es esclava del negro Miguel… ¡Así es la negra Guiomar…!!

(Silencio)

NEGRO VIEJO.-
(Sentencioso) Cuando los negros pelean, siempre ganan los blancos…

(Silencio)

(Aparece el Negro Miguel)

MIGUEL.-
(Entrando) Caray si ya toos los negros están terminando de comé y yo ahora es que voi a comenzá…

TODOS LOS NEGROS.-
Ajá, ya el Negro Miguel llegó… Ya el Negro Miguel llegóóóóóó…!

GUIOMAR.-
Ya estaba asustá mi Negro Miguel… Tenía mieo de que los blancos te hubieran hecho algo, de que te hubieran golpeao…

MIGUEL.-
(Abrazando a Guiomar) Mi negra querida y güena que tanto lele su negro… ¿Y el negrito? ¿Y la comía?... ¿Ya comió el negro Nicolás?

GUIOMAR.-
El negrito está güeno… hasta donde puén esta güenos los hijos de los negros; lo dejé cargando agua pa los blancos de El Fuerte… El viejo Nicolás no ha querío comé por espérate… Ven a comé Negro Miguel, ven a comé viejo Nicolás…

(Los dos negros se preparan para comer, Guiomar empieza a servirles mientras canturrea esta canción de los esclavos):
Pobe negrito que triste ta
Su mimo amo Pesta roba,
Pobe negrito que triste ta,
Trabaja mucho y no gana ná.

Sibiri coronai guan guan
sibiri quiriquilei
sibiri quiriquilei
le blanqui ti está endiablá

Mama que me querrá ese hombre
que dulce está la buena guana,
que me tira de la saya
que dulce está la buena guana,
a la guana dulce y asucará
que chupa, rechupa y chupa
rechupa y chupa y no saca ná.

MIGUEL.-
(Dirigiéndose al Viejo Nicolás) A cosa dura es quitarle a los blancos cualquier ventajita pa los negros. Ellos lo que quieren es tenernos too el día doblaos, buscando oro pa ellos… Pero si un negro se muere que se pudra, y la mujé negra y los hijos negros que aguanten la pudrición.

NEGRO VIEJO.-
¿Y en qué quedó la cosa, negro Miguel? ¿Los blancos van a mirá a los negritos del negro Cruz, que murió trabajando pa los blancos…?

VARIOS NEGROS.-
(Interviniendo) ¡Que murió trabajando pa los blancos…!

MIGUEL.-
(Mientras come) Negro es negro según parece pa toa la vida. Cuando le dije a los blancos que los negritos del Negro Cruz estaban muertos de hambre y necesitaban que los blancos miraran de ellos… porque los otros negros estábamos pa que miraran por nosotros… Cuando les dije eso, me preguntaron qué edad tenían los negritos del Negro Cruz. Y cuando les dije que los negritos tenían el varón cuatro años y la hembra dos, me costestaron que ná podían hacé porque el varón no aguantaba el trabajo en la Mina y la hembra toavía no servía pa mujé.

GUIOMAR.-
(Indignada) ¡Blancos sucios…!

NEGRO VIEJO.-
Por eso lo peor que pué pasale a los negros es no morirse. Después de muertos somos igualitos a los blancos porque nosotros nos volvemos pudrición… y los blancos también. Y entre dos pudriciones nadie sabe cuál es la blanca y cuál es la negra. Y toos nos confundimos, porque los huesos de los negros son blancos. Pero cuando estamos vivos no nos confunden ni de casualidá, y a los negros nos toca aguantá too lo que quieran los blancos. Ya el Negro Cruz se volvió pudrición y descansó, pero sus negritos que están empezando a sé negros, que es empezá a sé esclavo, son los que tienen que aguantá… ¡Suerte negra la de los negros…!

NEGRO Nº 1.-
(Preguntando) ¿Viejo Nicolás, qué tienen los negros más negro la suerte o la carne…?

NEGRO VIEJO.-
La suerte, la suerte. La carne de nosotros es negra y la suerte es negriiiiiiita…?

MIGUEL.-
(Con decisión) Es verdá nuestra suerte es negrita, pero nosotros mismos tenemos la culpa. Desde chiquitos nos dicen que la suerte es más negra que el cuero, y nos conformamos con el color de la suerte y del cuero.

NEGRO Nº 2.-
Y que vamos a hacé Negro Miguel, si el cuero mientras más agua se le echa se pone más negro, y la suerte mientras uno más se queja también se pone más negra.

(Los negros ríen)

MIGUEL.-
Ná podemos hacé pa que nuestro cuero se ponga menos negro. Si lo lavamos se queda negro, si lo cortamos retoña negro… Lo del cuero no tiene remedio y eso no debe preocuparnos, porque si la suerte cambia de color, nadie se va a fijá en el color del cuero… Pero con la suerte sí podemos hacé algo; yo creo que si lavamos bien la suerte, esta se blanquea. Y si cortamos la suerte, a lo mejor retoña menos negra… Lo del cuero no tiene remedio, pero lo de la suerte sí tiene… Y el remedio lo tenemos nosotros.

VARIOS NEGROS.-
Ay Dios, ¿y cuál es ese remedio Negro Miguel…?

(Miguel queda serio y pensativo)

NEGRO VIEJO.-
(Comprensivo) El remedio pa blanqueá la suerte parece que no mas lo conoce el Negro Miguel, y él solito ná gana con usalo… Si toos los negros quisieran úsalo… pero seguro que no quieren… Por eso es que la suerte de los negros es negriiiita, por eso es que es más negra que el cuero.

NEGRO Nº 1.-
Pero pa sabé si los negros quieren, hay que empezá por deciles lo que deben queré…

VARIOS NEGROS.-
Pa sabé si los negros, quieren, hay que empezá por deciles lo que deben queré…

(Miguel continúa serio y pensativo)

GUIOMAR.-
(Dirigiéndose al Negro Miguel) Miguel, mi Negro Miguel, ¿por qué te has quedao pensando? Por qué no le dices a los negros lo que los negros quieren sabé. Por qué no dices lo que debemos hacé pa que la suerte se haga menos negra, pa lavala y no dejá que nos la vuelvan a ensuciá… Dale el remedio a tu mujé negra, a tu hijito negro, a tus hermanos toos los negros de la Mina.

MIGUEL.-
(Emocionado) Me gusta oite hablá así negra Guiomar, me gusta bastante… Antes no me hablabas así negra Guiomar, antes me decías que tuviera cuidao con el “garrote” porque en cualquier día te iba a dejá sin marío y al negrito sin padre. Ahora me dices que le dé el remedio a los negros, y me gusta oite hablá así… y me gusta oite hablá así…

GUIOMAR.-
Yo sé que te gusta oime hablá así, y ahora siempre me vas a oí hablá así, porque yo también quiero lavá mi suerte… Esos blancos me tienen ostiná… Yo quiero sé la mujé de un negro rebelde…

MIGUEL.-
Serás la mujé de un negro rebelde, que es sé la mujé de un buen negro. Le diré a los negros como se lava la suerte, diré a mis hermanos, lo de la carne negra como el alma de los blancos, que tenemos manos con que apretar gargantas blanquitas, que tenemos dientes pa mordé al enemigo, que somos hombres igualitos a los dueños de la Mina. ¡Que la suerte de los negros se lava con sangre…!

NEGRO VIEJO.-
Miguel, Negro Miguel, los blancos te van a matá… Te van a volvé pudrición como el negro Cruz. Y too va a seguí igual… Porque la suerte de los negros se lava con sangre, pero con bastante sangre… Y la sangre del Negro Miguel es muy poquita pa lavá la suerte de too los negros.

NEGRO Nº 2.-
Verdá es que la sangre del Negro Miguel es poquita pa lavá tanta suerte negra… pero yo creo que con la sangre de los otros negros sí alcanza, y hasta pué sobrá…

VARIOS NEGROS.-
Con la sangre de los otros negros sí alcanza, y hasta pué sobrá… La sangre de los negros es barata…

MIGUEL.-
Sí, la sangre de los negros es barata. La sangre del Negro Cruz no valía ná, tampoco valía la del Negro Gumersindo, ni la del Negro Alonso, como no vale la del Negro Miguel, ni la del Negro Nicolás… Sí, la sangre de los negros es barata… Pero no podemos permití que se siga derramando en el fondo de las Minas pa que se hagan ricos los blancos, la sangre de los negros es barata, pero hay que ponela cara cuando los blancos la quieran derramá… Ella debe sé barata cuando se gasta pa lavá la suerte de los negros, pero debe costá mucho, debe costá más que esta mina y que toas las Minas juntas, cuando la necesitan los blancos.
¡Habemos mucho con la carne color de noche… y si nos unimos y luchamos, dejaremos de ser esclavos de esos hombres que tienen la carne color del día…!

NEGRO Nº 1.-
Too lo dicho por el Negro Miguel es verdaita. Pero ahora se pregunta este humilde negro cómo vamos a peleá con los blancos si estos tienen armas, y nosotros no más que tenemos dientes, manos y sangre barata… Si nos unimos sin armas nos matarán más fácil porque nos persiguen amontonaos…

VARIOS NEGROS.-
Nos matarán más fácil porque nos persiguen amontonaos… Ay Dios, ay mi abuela, porque nos persiguen amontonaos…

NEGRO VIEJO.-
(Preocupado) Yo no sé pa qué el Negro Miguel se pone a alborotá a los otros negros, pa que a la hora del “garrote”  lo dejen solo y naide salga a ocupase de Guiomar y del negrito. ¡Negra la suerte de los negros y es muy difícil lavarla!!! ¡Ay Dios, ay mi abuela…!

NEGRO Nº 2.-
Yo no comprendo por qué el Negro Nicolás dice que los otros negros dejamos solo al Negro Miguel a la hora del “garrote”. Yo no comprendo…

UNA NEGRA.-
Pa el Negro Nicolás too es negro y es triste, y dice que la suerte de los negros es difícil de lavarla… Con negros como Nicolás, nunca vamos a dejá de sé esclavos…

NEGRO Nº 1.-
¡Con negros como Nicolás, nunca vamos a dejá de sé esclavos!

GUIOMAR.-
Con negros como Nicolás sí dejaremos de sé esclavos… Yo estoi segura que ese viejo negro marchará con nosotros en la hora del “garrote” y en toa hora. Lo que pasa es que Nicolás es negro viejo y sabe más que nosotros… Pero con negros como Nicolás sí dejaremos de sé esclavos…!

NEGRO VIEJO.- (Con calma) Me contenta que la negra Guiomar tenga confianza en este negro viejo pa la hora de lavá la suerte de los negros… Los otros negros parece que no tienen confianza en este negro viejo, pero eso lo vamos a vé a la hora de lavá la suerte, que a mi entendé está cerquita… Cuando los negros comienzan a hablá de estas cosas, es porque las cosas se están poniendo malas pa los blancos. Cuando se empieza a acabá el miedo de los negros, debe empezá a nacé el miedo de los blancos… Y los negros a empezao a hablá sin miedo de estas cosas: las palabras del Negro Miguel han sío bien recibidas por toos los negros. En las caras se les vé la esperanza y las ganas de empezá a lavar la suerte. Pa un blanco la cara de un negro siempre es un misterio y nunca llega a sabé lo que hay por dentro; pa otro negro la cara de un negro dice muchas cosas y siempre sabe lo que hay por dentro…
Yo no quiero seguí siendo esclavo de los blancos, y tengo que no querela mucho más que toitos ustedes, porque cuando yo era negro joven era libre de los blancos. Estaba por debajo de otro hombre llamado Rey, tenía el cuero del mismito color del mío.
Nunca es bueno está por debajo de otro hombre, pero cuando éste tiene el cuero del mismo color de el de uno, la cosa se hace menos dura, porque por más que se llame Rey, siempre es negro… Y negra es la suerte de los negros. ¡Ay mi mama, ay mi abuela…!

VARIOS NEGROS.-
¡Con negros como Nicolás dejaremos de sé esclavos… dejaremos de sé esclavos…!

MIGUEL.-
(Arengado) Los negros dejaremos de sé esclavos, si too decidimos no selo más; si a too nos dan ganas de lavá la suerte en cuanto llegue un momento bueno… Yo no sé cuándo llegará ese momento; el Negro Nicolás cree que ese momento está cerquita, y ese negro sabe mucho, por eso yo lo creo también. Un negro dijo que no podíamos hacé ná porque las armas las tenían los blancos, y yo quiero decile a ese negro que los blancos tienen las armar… y los negros ganas de quitárselas… Y a cosa seria debe sé un negro con arma… ¡a cosa seria Dios mío!!!

TODOS LOS NEGROS.-
¡A cosa seria debe sé un negro con arma… a cosa seria Dios mío…!

GUIOMAR.-
(Llena de emoción) Debemos estar alegres porque el momento de lavá nuestra suerte está cerquita. Así lo cree el viejo Nicolás y ese viejo sabe mucho…
Isabel, mis hermanas, las negras toas, ya no volveremos a peleá entre negros. Ahora marcharemos unías al lado de nuestros negros. ¡Ya no pelearemos más, Isabel, mis hermanas negras…!

LA MUJER DEL NEGRO Nº 2.-
Ya no pelearemos más, negra Guiomar… porque cuando pelean los negros ganan los blancos. Ahora too los negros nos uniremos y formaremos una cosa grandota, que será como una noche larga y oscura que se tragará a los blancos, así como la Mina se traga a los negros… ¡Ya no pelearemos más, negra Guiomar…!

LAS OTRAS NEGRAS.-
¡Ya no pelearemos más, negra Guiomar…!

NEGRO VIEJO.-
(Serenando los ánimos) Bueno, bueno, ya hemos hablao bastante de que vamos a lavá nuestra suerte y hay que sabé esperá el momento… Por ahora recordemos que estamos en la Mina y que no tardan en llegá los blancos pidiendo que bajemos a escarbá la tierra… Mejor es dejá las palabras sobre el lavado de la suerte, porque pueden llegar los blancos a recordarnos que no ha llagao el momento y a darnos “garrote”. Toitos estamos de acuerdo y no hay más que hablá… Ahora recordemos que estamos en la Mina…

MIGUEL.-
(Comprensivo) El Negro Nicolás tiene razón… Toitos estamos de acuerdo y no hay más ná que hablá.

TODOS LOS NEGROS.-
¡Toitos estamos de acuerdo y no hay más ná que hablá. Y no hay más ná que hablá…!

(Los negros se van tranquilizando – Silencio)

(Aparecen mineros blancos armados con sables)

UN MINERO BLANCO.-
Hasta cuando descansan hijos del Diablo. Ya es tiempo de volver a las Minas. Pena debía dar dejarse ver tanto tiempo por el sol… ¡Vamos andando animales de otras tierras, vamos andando…!

(Los negros permanecen tranquilos y en silencio)

OTRO MINERO BLANCO.-
No oyeron lo que les dijo negros sucios. ¡O es que esperan que los saquemos a sable y garrote!

NEGRO VIEJO.-
Los negros no queremos que nos den “garrote” señores blancos… Los negros no queremos y ya vamos a ir andando, señores blancos…

UN MINERO BLANCO.-
(Empujando al Negro Viejo) Dices que vas andando y no te mueves negro asqueroso…

GUIOMAR.-
(Exaltada) ¡No maltraten al Viejo Nicolás porque eso es como maltratá a toos los negros…!

MINERO BLANCO.-
Con que te duele lo que se le haga a este negro asqueroso… Con que la negra más deseada de Tierra Firme ha venido a ser para este viejo sucio… ¡quién iba a pensarlo…!

(Rién los mineros blancos)

TODOS LOS NEGROS.-
Toos queremos al Negro Nicolás como un padre. Y nos duele lo que le hagan a él…

MINERO BLANCO.-
(Golpeando al negro viejo) Pues si les duele a todos, mejor. Eso nos tiene sin cuidado, ¡esclavos puercos…!

MIGUEL.-
(Agarrando al minero blanco) Señor no maltrate al Negro Nicolás que está viejo y enfermo… Él no se ha metío con ustedes. Señor deje tranquilo al Negro Nicolás… se lo pedimos los otros negros…

MINERO BLANCO.-
(Golpeando a Miguel) ¡Suéltame que me ensucias…!

TODOS LOS NEGROS.-
(Lanzándose sobre los blancos) Ellos tienen las armas y nosotros las ganas de quitárselas. ¡Ay mi mama, ay mi abuela…!

(Se entabla la lucha entre negros y blancos hasta que aquellos desarman a estos)

NEGRO VIEJO.-
¡Bien decía yo que estaba cerquita el momento de lavá nuestra suerte…!

TODOS LOS NEGROS.-
Bien lo decía el Viejo Nicolás… ¡Ay mi mama, ay mi abuela…!

MIGUEL.-
¡Ahora a juntarnos con los otros negros, pa formá too juntos una cosa grande y negra, como una noche larga y oscura que se trague a los blancos…!

TODOS LOS NEGROS.-
(Saliendo) ¡Una cosa grande y negra que se trague a los blancos!!! ¡Ay mi mama, ay mi abuela!!


Telón


El Nacional. Papel Literario. Caracas (12 y 19/12/1943) p.13