Teatro Venezolano para Niños
UNA ESTRELLA
EN EL RÍO
(Leyenda
del Oro)
Nota: Por la importancia de la autora para la comprensión, sin sesgos, de nuestra historia teatral, ofrecemos aquí los dos siguientes textos que reflejan dos aspectos de su dramaturgia: "La máscara en la mano" (completa) y "Una estrella en el río" (fragmento).
Libreto:
Lucila Palacios
Música:
Telmo Almada
Personajes:
EL
NEGRITO
LA
NEGRITA
LAVANDERA
1º
LAVANDERA
2º
LAVANDERA
3º
LA
BRUJA EXTRANJERA
LA
BRUJA DEL TRÓPICO
LA
CAPERUZA ROJA
LA
CENICIENTA
EL
PRÍNCIPE DE LA BELLA DURMIENTE
EL
REY DE BLANCA NIEVES
LA
CULEBRA DE AGUA
EL
CARIBE
LA
TONINA
EL
AMO
EL
CURANDERO
Lavanderas
y hombres del pueblo.
La
acción se desarrolla en la selva guayanesa, en las márgenes del Río Yuruary.
Según
una antigua versión regional, El Callao, nuestro pueblo minero, fue descubierto
por la gente de un Hato cercano al Yuruary… El amo, en vista del hallazgo, quiso
mantenerlo en secreto hasta lograr la explotación de la mina. Y por eso el
sitio se denominó El Callao.
Esta
leyenda popular ha servido de tema al presente ensayo para teatro infantil
venezolano.
Lucila
Palacios.
PRELUDIO
ORQUESTAL
Atardece.
Hay tonos de oro y violeta sobre los árboles. Fluye el río sonoro y a sus
orillas, arremangadas las faldas anchas, cubiertas las cabezas con pañuelos de
color, las lavanderas llenan de espuma las bateas grises en donde lavan, y
alegremente cantan.
Música
Nº 1
CORO.- Yuruary
sin par
sus ondas serenas
son como cristal,
si la brisa pasa
se oye su cantar,
borda en sus riberas
azul claridad
la noche de luna
y el alba fugaz…
LAVANDERA 1º.- Y las flores caen
con grato rumor,
sobre la corriente
cual barquitos son.
LAVANDERA 2º.- Dicen que allá lejos
grandes barcos hay
que cruzan los ríos
y llegan al mar.
CORO.- Yuruary
sin par.
LAVANDERA 1º.- Las rutas marinas
yo quisiera ver.
LAVANDERA 2º.- Los campos floridos
pienso recorrer.
LAVANDERA
1º.- (Pone a un lado la batea con un gesto de cansancio)
Estoy ya cansada
de tanto lavar.
LAVANDERA 2º.- (Secándose las manos en
las caderas)
Esta
vida es triste
porque es siempre igual…
CORO.- Yuruary
sin par.
(Llegan
los negritos. El chico con su pantalón blanco arrollado en la rodilla, descalzo
y con un sombrero de cogollo. La niña con una bata suelta de tela rameada. Se van
acercando al grupo de lavanderas. Se meten dentro del río y cunde la alarma
entre las mujeres)
Música
Nº 2 que se enlaza a la primera.
LAVANDERA 1º.- No ensucien el agua, chiquillos
el agua que límpida está.
LAVANDERA 2º.- Idos muchachos traviesos.
¿A qué vinisteis acá?
NEGRITO.-
Yo quiero también
retozar
cual retozan la brisa y la
flor.
NEGRITA.- Yo quiero en las ondas jugar
como juegan la luna y el sol…
(Las
Lavanderas dan vueltas en torno de los muchachos y los empujan)
Del hato vinieron a pie,
muchachos atrevidos son,
la ruta pudieron hallar,
nos siguen sin son ni ton.
Terminemos pues de lavar,
se apaga el atardecer,
a obscuras vamos a quedar
y el camino hay que recorrer.
(Sigue
la música sin palabras. Los negritos escapan del río. Las mujeres los siguen
marcando el compás y ellos de repente penetran de nuevo en el agua, el negrito
se inclina, recoge algo del fondo, lanza una exclamación y corre hacia fuera con
una piedra dorada entre las manos. Las mujeres lo siguen. Él queda de pie junto
con la negrita en el corro)
LAVANDERA
1º.- Negrito, ¿qué tienes entre las manos?
NEGRITO.-
(Entusiasmado) ¡Una estrella! Una estrella que recogí en el fondo del río…
LAVANDERA
2º.- (Se abre paso entre sus compañeras y llega junto a los chicos)
¡Disparates! ¡Estás loco, muchacho!
NEGRITA.-
Pues no parece… Ha encontrado un lucero… de veras.
LAVANDERA
1º.- (Se inclina a ver la piedra y se persigna) Pues no es mentira… ¡Esto
relumbra!
(Todas
las mujeres se apresuran a contemplar el hallazgo)
LAVANDERA
2º.- ¡Ave María Purísima! ¡Tiemblo de miedo!
LAVANDERA
1º.- (Se arruga el faldón con las manos nerviosas) Y yo lo mismo… ¡Un lucero!
Un peazo del cielo dentro el agua.
LAVANDERA
3º.- (Con una exclamación) ¡Ay! yo lo sentí caé…
LAVANDERA
1º.- ¿Cuándo?
LAVANDERA
3º.- Anoche… ¿No lo recuerdas? Hubo tempestá… Aquel trueno horrible, horrible,
que hizo temblá toa la tierra fue cuando descendió la estrella.
LAVANDERA
2º.- (Desconcertada) Botemos… botemos ese lucero del río.
NEGRITA.-
Bótalo, negro.
(El
Negro tembloroso aprieta la piedra contra su pecho)
NEGRITO.-
Yo no lo boto… ¿Y si se revienta?
(Las
lavanderas asustadas, dan vueltas en torno a los dos negritos)
LAVANDERA
1º.- (Rascándose la cabeza) Yo no sé qué hacé… (A lavandera 2º) ¿Y tú?...
LAVANDERA
2º.- Yo tampoco.
LAVANDERA
3º.- Creo que lo mejor es llamá al amo. Él decidirá. Sabe más que nosotros.
LAVANDERA
1º.- No. (Pensativa) A lo mejor este lucero está encantao y toas nos vamos a
volvé murciélagos. (Decidida) Pero hay que di pa el Hato a dá la noticia. Los
negritos se quedan aquí y cuidarán de la estrella.
NEGRITA.-
(Consternada) ¡No! Yo no me quedo.
NEGRITO.-
(Abrazando a la piedra pero con expresión aterrada) ¡Llevénme!... ¡No me dejen!
LAVANDERA
1º.- (Agarra a la negrita y la coloca al lado del negrito) Ustedes dos a
obedecé… ¡hasta que regresemos!
Música Nº 3
CORO
DE LAVANDERAS.-
En la noche llovió
aguacero de luz,
el cielo se enlutó
y el río que era azul
de pronto se volvió
cajita de marfil
y en secreto guardó
joya de oro y zafir.
Este lucero es
algo muy singular
y no puede seguir
seguir en donde está,
a lo mejor el río
se nos llega a secar
y entonces no podremos
ni beber ni lavar.
(Se
enlazan por la cintura y corretean por todos lados)
Vamos, vamos ligero,
la noticia a decir,
antes de que la noche
nos pueda sorprender
tan cerca de la linfa,
de la gota de luz,
que bien puede ser fuego
de Dios o de satán.
Vamos, vamos ligero,
ahora que brilla el sol
y todavía el camino
es ruta de color
con las flores pintadas
sobre la fronda gris
y pájaros en vuelo
sobre el azul añil.
(Se van
las lavanderas.- El Negrito pone la piedra dorada en el suelo y se acurruca
junto a ella. La Negrita trata de seguir a las mujeres, pero se devuelve y se
instala de pie al lado del negrito)
NEGRITA.-
Tú tienes la culpa. ¿Pa qué sacaste ese lucero del río? Ahora tenemos que
cuidarlo.
NEGRITO.-
Bueno, yo no tengo miedo…
NEGRITA.-
(Dudosa) No… ¿Y entonces por qué no lo querías botá?
NEGRITO.-
(Perplejo) Pues… pues… ¡por ná!
NEGRITA.-
(Arrodillándose junto al muchacho) ¿Y hasta qué hora nos quedaremos aquí?
NEGRITO.-
Hasta mañana.
NEGRITA.-
(Lloriqueando) ¿Toa la noche? ¡Yo me voy a morir del susto!
NEGRITO.-
Bueno, ¿y qué importa? ¡Me moriré contigo!
NEGRITA.-
(Abrazándolo) ¡Ay! ¡negrín del alma mía! ¿no nos volveremos murciélagos?
NEGRITO.-
(Petulante) ¿Acaso aquí hay brujas? Y si viene alguna y nos encuentra… (El
negrito se inclina y recoge un bejuco del suelo) con este palo le rompo las
costillas.
NEGRITA.-
(Asustadísima) ¡Cállate, negro! Mira que este oscuro… Sobre los árboles la luz
del atardecer languidece. La piedra de oro lanza un chispazo…
NEGRITO.-
(Abandona su gesto petulante y suelta el bejuco que esgrimía como un arma) ¡Me
pareció que el lucero brillaba mucho!
NEGRITA.-
(Colgada del cuello de su compañero) Siéntate y cuídalo…
NEGRITO.-
¡Siéntate conmigo!
NEGRITA.-
Los dos juntos, por si viene la bruja…
(Se
sientan al lado de la piedra dorada)
Música
Nº 4 – Tema de la Bruja Extranjera.
(Sobre
su escoba erizada, bajo un chorro de luz azul que ilumina todo, la Bruja
Extranjera desciende ante los niños. Los rizos de oro le bailan sobre los
hombros. Está vestida de negro y usa gafas. Lleva un cucurucho muy alto en la
cabeza y una varita de plata en la mano. Los chicos se asustan al verla. El
Negrito trata de recoger el bejuco, pero se le escapa de las manos. La Negrita
quiere huir, pero la bruja la acorrala junto a su compañero y bailotea en torno
de los dos)
BRUJA
EXTRANJERA.-
Estos
dos negritos
yo
vengo a buscar
para
regalarles
cosas
sin igual,
todo
lo que pidan
les
concederé
pues
para eso traigo
leche,
vino y miel,
jarrones
de laca,
juegos
de marfil
flores
en capullo
color
de rubí.
Y
unas golosinas
de
rico sabor,
muñecas
de cera,
carros
de latón,
prendas
destinadas
en
mi mundo irreal
a
los lindos chicos
que
suelen vivir
a
orillas del río
y
la fronda gris
junto
al agua clara
de
espuma sutil.
(Mientras
la bruja baila y canta, los dos niños sobresaltados se aprietan uno contra el
otro ante la piedra dorada. La Bruja deja de bailar, y da brinquitos junto a
los muchachos y ríe a carcajadas)
(La Bruja da un
golpe en el suelo con la varita de oro. El espacio en que ella y los niños se
mueven se ilumina en azul. Y entre música y ruido de cascabeles del fondo de la
tierra surge una caja de plata. Los Negritos al verla huyen asustadísimos. En
el suelo delante de la caja permanece la piedra dorada).
BRUJA
EXTRANJERA.- Muchachos, nada de tenerme miedo. Yo soy amiga de ustedes.
NEGRITO.-
(Con voz temblorosa) Pero… ¡nosotros no te conocemos!
NEGRITA.-
(En un arranque de valentía) ¿Cómo te llamas?
BRUJA
EXTRANJERA.- Soy una bruja.
NEGRITA.-
(Casi al oído de su compañero) ¿No te lo dije yo? ¿No ves cómo ha venido?
NEGRITO.-
Si eres una bruja, ¿cuál es tu nombre?
BRUJA
EXTRANJERA.- No tengo nombre. Pero figuro en todos los cuentos extranjeros. Tú
sabes, negrito, en esos cuentos donde hay princesas y reyes y palacios.
NEGRITA.-
(Palmoteando) ¡Qué bonito! ¿Eres una bruja de veras?
BRUJA
EXTRANJERA.- ¡Claro!
(La
Negrita trata de acercarse a la bruja, pero el Negrito la hala por un brazo)
NEGRITO.-
Te quedas quieta o ¿quieres que use el bejuco?
NEGRITA.-
Voy a ver de cerca a la bruja.
NEGRITO.-
¡Acuérdate de la estrella! No la podemos dejá…
BRUJA
EXTRANJERA.- (Mira hacia el trozo dorado que está en el suelo) ¡Ay! ¿Y qué es
eso tan lindo? ¿No me lo dejas ver?
NEGRITO.-
¡No!
BRUJA
EXTRANJERA.- (Sin dejar sus saltitos) ¡Oh! ¡Yo tengo cosas mejores! Y te las
había traído de regalo.
(El
Negrito se fija en la mano que extiende la bruja hacia la piedra)
NEGRITO.-
¡Quita! ¡Tienes las uñas muy largas! Ni te doy la estrella ni quiero lo que
traes…
BRUJA
EXTRANJERA.- (Desdeñosa) Como gustes. Pero a la negrita le encantaría ver los
juguetes.
NEGRITA.-
(Curiosa) ¡Juguetes! ¿Y dónde están?
BRUJA
EXTRANJERA.- Te los voy a mostrar con mi varita.
(Fragmento)